Prendido entre el fatuo fuego
ardo al deseo de tenerte,
la pasión me desborda el pecho
sin remisión,
ruedo al foso del tormento,
clamando al cielo poseerte.
Profundo y excelso delirio
será el instante solemne,
de abrir tu transfugo lirio,
y traspasar,
entre clavos de martirio,
el misterio de tu vientre.
Y ante el hechizo de amarte
huirán las lenguas de duelo,
pagaré mi ofrenda al cielo,
absorberé tu veneno,
y dormitaré en la muerte.
Autor: Manuel Velasco Fdez.